Buceo en pecios de la Guerra Hispano-Cubana y Norteamericana de 1898. “CRUCERO CRISTOBAL COLÓN”.
“Parque Arqueológico del Patrimonio Natural y Cultural Subacuático Batalla Naval de Santiago de Cuba”. Declarado Monumento Nacional en el año 2015.
Descripción general:
Está formado por siete sitios arqueológicos (Playa Siboney, Las Cuatro Bocas, Playa Mar Verde, Rancho Cruz – Buey Cabón, Ensenada de Juan González, Aserradero y Playa La Mula), cuyas características medioambientales y arqueológicas difieren de un sitio a otro por la propia demarcación de los sitios a lo largo de la franja costera suroriental de la provincia de Santiago de Cuba. Abarca una extensión territorial de unas 64.824 millas náuticas, equivalentes a unos 120.051 km a lo largo de la costa desde la playa Siboney, perteneciente al municipio Santiago de Cuba; hasta la playa “La Mula”, referente al municipio Guamá.
El área de la franja costera de la zona suroriental de la provincia de Santiago de Cuba fue escenario de uno de los acontecimientos navales más trascendentales de la historia de la humanidad. La cruenta y desigual Batalla Naval, que culminó con el hundimiento de la flota del Vicealmirante Pascual Cervera y Topete, puso fin al dominio colonial español en América, y con esto dio paso al surgimiento del imperio más poderoso en la historia de la humanidad, los Estados Unidos de América.
Los vestigios de aquella cruzada naval conforman lo que actualmente se conoce como el Parque Arqueológico Subacuático “Batalla Naval de Santiago de Cuba”. Este está conformado por siete sitios arqueológicos donde yacen los pecios vinculados al desembarco y el conflicto naval, así como por todas aquellas evidencias materiales pertenecientes a los buques que guardan relación de una forma u otra con los hechos, como por ejemplo: mástiles, masteletes, restos de las jarcias de las arboladuras, herrajes, partes de los emplazamientos de la artillería, proyectiles de grueso y mediano calibre, fluserías, balaustres y mecanismos del sistema de propulsión. De igual forma, entre los restos que yacen sobre el fondo marino se han articulado, en más de un siglo de reposo y actividad biológica, ecosistemas especiales donde la fauna sésil y la flora marina se han fusionado con los pecios en una entidad simbiótica que los protege mutuamente.
Durante muchos años estos sitios han sido de un atractivo especial para investigadores, arqueólogos, inmersionistas y turistas en general, justificado no solo por el trascendental valor histórico de la famosa Batalla Naval, sino porque es un verdadero privilegio disfrutar hoy de las inmersiones en estos pecios ubicados en un entorno de espectacular belleza, en el que la cordillera de la Sierra Maestra irrumpe en el Caribe de manera abrupta e irregular, segada por cañones y cauces de ríos y estuarios que se extienden en deltas tapizados de cantos rodados y zonas bajas, que forman humedales cubiertos de manglares al abrigo de ensenachos y caletas vírgenes: ecosistemas que sostienen una increíble diversidad biológica.
Es un privilegio conocer la historia a través de estos pecios, excepcionales testigos de los acontecimientos de la Guerra Naval de 1898, y descifrar el lenguaje que nos lega, un tesoro del patrimonio Cultural Subacuático, en el que se conserva el derecho de las futuras generaciones de penetrar en una página trascendente de la historia universal.
SITIO ARQUEOLÓGICO: “PLAYA LA MULA”. Pecio: Crucero Acorazado “Cristóbal Colón”.
Antecedentes históricos:
En 1895, sabedora España de su enorme inferioridad naval, hizo un último intento para reforzarse, aunque como ya se conoce, en vano. El proyecto de refuerzo de la marina de guerra pretendía la adquisición de un acorazado y dos cruceros acorazados, su construcción fue encargada a otras marinas de guerra y la operación fue supervisada por el Ministro de Marina para la Restauración, el Almirante Berenguer.
En la práctica, solo se compró un crucero acorazado, el Cristóbal Colón, que construiría la casa Gio Ansaldo & Cia. en los astilleros Ansaldo Sestri Ponenti de Génova, para la Regia Mariana italiana. España pagó 690.000 libras esterlinas, la duración de los trabajos de construcción fue de 6 meses. El Diseño del más moderno y eficaz crucero acorazado del momento estuvo a cargo de Benedetto Brin, bajo la supervisión del general de ingenieros navales Edoardo Masdea.
Posterior a su adquisición, el gobierno español lo rebautizó como “Cristóbal Colón”, curiosamente como el insigne almirante Genovés que 404 años antes había descubierto para la Corona Española el continente americano.
El crucero acorazado “Cristóbal Colón” fue botado al agua, tras varios intentos, el 16 de septiembre de 1896, a las 9 horas de la mañana en el puerto de Génova. El barco se entregó al gobierno español el 19 de mayo de 1897, ese mismo día del siguiente año arribaría a las costas de Santiago de Cuba, su destino final.
El crucero acorazado “Cristóbal Colón” fue una novedad para su época, con sus 24 calderas Niclause, de 13.000 caballos de potencia, capaces de mover una mole de acero de 6840 toneladas de desplazamiento y conseguir la impresionante velocidad, para la época, de 21 nudos.
El crucero acorazado “Cristóbal Colón” al frente del cual se encontraba el Comandante Emilio Díaz Moreu, salió por el canal de la bahía de Santiago de Cuba en tercer lugar, luego de los buques insignia Infanta María Teresa y Vizcaya. Alrededor de las 12:30 horas, el comandante Díaz Moreu con una situación de enfrentar un combate en alta mar, en desigualdad numérica y sin su batería de cañones de grueso calibre, lo cual significaría la pérdida total de sus 543 tripulantes, que seria un sacrificio innecesario y totalmente inútil.
El crucero acorazado “Cristóbal Colón” se hundió el 3 de julio de 1898, a las 13.25 horas; luego de que su Comandante decidiera hacer proa a la costa y desembarcar con rapidez a su tripulación, abrir los registros de sentina, última maniobra dirigida a impedir que cayera en manos enemigas durante el combate naval de la Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana.
El crucero acorazado “Cristóbal Colón” resulta uno de los mejores conservados del mundo, si se tiene en cuenta su cercanía a la costa y sus más de 110 años sumergido en mar abierto y en aguas tropicales. El crucero acorazado “Cristóbal Colón” está sumergido en una zona profunda, a pesar de su cercanía a la costa. Algunos objetos procedentes del buque, que se encuentran en nuestro país, se exhiben en los museos de la Guerra Hispano-Cubano-Americana, el Castillo del Morro y el Museo Marino en el acuario del Parque Baconao. Otras piezas forman parte de algunas colecciones privadas o se exhiben en museos en el extranjero (Estados Unidos y España).
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL BARCO “Cristóbal Colón”
Servicios de buceo incluidos:
El servicio de buceo incluye:
No incluye:
Notas muy importantes:
ACTA DE EXONERACIÓN DE RESPONSABILIDAD Y ASUNCIÓN EXPRESA DE RIESGOS POR LA PRACTICA DEL BUCEO POR EL CLIENTE:
Grado de dificultad: Media.
Distancia recorrer en la excursión (ida y regreso): 40 kms aproximadamente.
Duración aproximada de la excursión: 3 horas aproximadamente.
Nota muy importante: Es obligatorio para los clientes presentar su titulación oficial certificada de buceo.
Nota muy importante: Nunca, por medidas de seguridad y de protección del patrimonio subacuático, los clientes podrán tocar directamente los restos de los barcos hundidos y deben cumplir rigurosamente las indicaciones emitidas por los instructores de buceo.
Nota muy importante: Aunque en los 27 metros (proa del pecio) se puede efectuar una inmersión dentro de la curva de seguridad hasta un tiempo de 25 minutos, cuando se cuenta con cilindros de mucho volumen es importante estar al corriente del tiempo, las paradas de descompresión y las orientaciones del instructor o guía (en el caso de turistas y aficionados); ya que es relativamente frecuente que algunos aficionados, ensimismados con el impresionante panorama, olviden las imprescindibles normas de seguridad.
Nota muy importante: Con el mar ligeramente movido se hace peligrosa la entrada y salida desde la playa, por la frecuencia e intensidad de las olas que rompen el talud de piedras, la posibilidad de caídas y rotura del equipamiento; además de posibles golpeaduras y daños físicos a buceadores asistentes y foráneos. Es importante señalar que con la mar movida es prácticamente imposible el acceso desde tierra.
• Se recomienda: ropa ligera, traje de baño, toallas, gafas de sol, gorra, protección solar y cámara fotográfica. • Se recomienda que el cliente pueda traer su propia mascara de buceo. • El cliente si es su voluntad puede traer su equipo de buceo completo. • Se recomienda que el cliente pueda traer su computadora personal de buceo. • Se recomienda que el cliente pueda traer una o varias botellas de agua mineral para mantenerse hidratado así como alimentos ligeros ricos en proteínas o frutas.