Excursión “CLASE, HISTORIA DEL ABANICO EN CUBA”
Trinidad: la joya colonial de Cuba. Fundada en 1514 por el colonizador español Diego Velázquez, Trinidad fue el tercer asentamiento de la isla y se convirtió en una de las ciudades más ricas de Cuba gracias al comercio azucarero y al trabajo esclavo en los ingenios del cercano Valle de los Ingenios. Hernán Cortés incluso zarpó desde aquí hacia México, marcando el inicio de nuevas expediciones. Esta riqueza se tradujo en palacios coloniales, plazas y coloridas calles adoquinadas, que se mantienen casi intactas hoy en día, convirtiendo a Trinidad en la ciudad colonial mejor conservada de Cuba y una de las más auténticas de todo el Caribe. En 1988, la ciudad y el Valle de los Ingenios fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, convirtiéndose en el segundo sitio cubano en la lista, después de La Habana Vieja. Ubicada en la costa suroeste de Cuba, en la provincia de Sancti Spíritus, Trinidad es un destino que combina historia, cultura y tradición, invitando a perderse entre sus museos, iglesias y casas coloniales, o simplemente disfrutar de su ambiente único en medio de la música que llena sus plazas.
El abanico llegó a Cuba en el siglo XIX con la burguesía criolla y se popularizó como un accesorio elegante y útil para el clima tropical, pasando a formar parte del vestuario de damas y caballeros. Más que un simple objeto para ventilarse, desarrolló un «lenguaje» gestual para el coqueteo y la comunicación no verbal, además de convertirse en un icono cultural y un objeto artístico que se exhibe en museos y se utiliza en el baile del danzón. Hoy en día, el abanico sigue siendo un elemento distintivo de la feminidad cubana y un recordatorio de la tradición y la identidad nacional. Orígenes e introducción en Cuba: El abanico se originó en Asia y se introdujo en Europa, desde donde llegó a Cuba con el auge de la burguesía criolla en el siglo XIX. Rápidamente se convirtió en un accesorio popular entre las damas, siendo incluso utilizado por algunos caballeros.
Un viaje a la historia del abanico en Cuba. Esta clase introduce a las participantes a una de las tradiciones femeninas más románticas e intrigantes de la cultura cubana: el arte del abanico. Más que un simple accesorio decorativo, el abanico se convirtió en un símbolo de elegancia y refinamiento, así como en un sutil instrumento de comunicación para las mujeres cubanas durante los siglos XVII y XVIII. Mediante delicados movimientos y gestos específicos, las mujeres transmitían mensajes secretos en entornos sociales, convirtiendo el abanico en un lenguaje propio, silencioso pero poderoso. La sesión dura aproximadamente 30 minutos y comienza con una cálida bienvenida por parte de un anfitrión profesional. Se invita a los asistentes a disfrutar de un cóctel de cortesía, a elegir entre un mojito clásico, un refrescante Cuba Libre o una alternativa sin alcohol, mientras se les presenta la fascinante historia de esta tradición cultural.
Cada participante también recibirá un abanico personalizado como parte de la experiencia. El instructor les mostrará no solo las formas correctas de usar el abanico, sino también los códigos históricos y los significados detrás de sus gestos. Al finalizar la actividad, los participantes apreciarán más profundamente el papel que este accesorio desempeñó en la sociedad cubana, tanto como elemento de moda como una discreta forma de expresión. Esta breve pero enriquecedora clase ofrece una oportunidad única para conectar con el patrimonio cultural cubano, llevándose a casa un recuerdo personalizado que atesora siglos de tradición.
Mínimo de personas en la clase: 2 pax. Tiempo estimado en la clase: 30 minutos.
Servicios incluidos en la excursión:
Servicios no incluidos en la excursión:
• Se recomienda: ropa ligera, gafas de sol, gorras o sombreros, tenis, sandalias o calzado confortable y cámara fotográfica. • Se recomienda llevar una botella de agua.
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